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La literatura es un universo con tantos géneros como casi estrellas hay en el cielo, y por eso es habitual encontrar alguno que nos sea mucho más favorito para leer y para profundizar en él. Están los que aman la ciencia ficción por encima de todo, y también los que prefieren las novelas y cuentos de terror. Incluso los que han hecho de la romántica o la erótica sus lecturas favoritas. Pero también están los cuentos infantiles, que entusiasman a los más pequeños y dejan marcados también a los mayores, por esa forma de hacer llegar a los niños los valores, las historias más divertidas pero también las más entrañables y emocionantes. Y entre esas, por supuesto, no nos podemos olvidar de los cuentos de piratas.
Estos cuentos son una muestra perfecta de cómo hay que escribir sobre aventuras. Basados en las historias reales de los piratas que navegaron por los mares hace siglos, aunque con mucha menos violencia, para hacerlos aptos a los niños, lo cierto es que este tipo de libros y cuentos se han convertido en favoritos para muchos, porque vivir esas aventuras en alta mar es como un sueño que hace que todos los niños quieran dedicarse al oficio de ser bucanero, aunque evidentemente, eso también tiene sus pegas. El género sigue desarrollándose y todavía hoy podemos encontrar en las librerías multitud de ejemplares de este tipo de cuentos, en los que conoceremos muchas historias interesantísimas y divertidas.
Las historias de piratas se venían contando desde siempre. De hecho, eran algo habitual en los relatos marinos de hace siglos, aunque es cierto que se contaban de una forma mucho más cruda y cruel, seguramente también más realista. Sin embargo, todo aquello fue virando poco a poco a unas historias algo menos violentas, para adaptarlas a los jóvenes, a los más pequeños. Los piratas ahora llevaban una vida más austera y se hacían con botines casi sin utilizar la fuerza, o sobre todo, buscando los tesoros perdidos en lugares imposibles. Esa aventura, esa expedición, era lo que realmente llamaba la atención a los jóvenes de aquella época, y también a los de esta, a pesar de lo mucho que todo ha cambiado.
Como cualquier otro género literario, el cuento de piratas también tiene unas características muy concretas que lo hacen especial y que permiten englobar muchas obras en esta etiqueta. Evidentemente, debe estar protagonizado por piratas o bucaneros, que normalmente surcarán los mares en busca de nuevas tierras y tesoros. El pirata será el héroe de la aventura y demostrará ser valiente, decidido y muy hábil con la espada si llega a necesitarla. Habrá traiciones, giros inesperados y sobre todo, mucha aventura, que es justo lo que los lectores están deseando encontrar en este tipo de relatos. Además, es habitual que se sitúen en lugares muy lejos y exóticos, con el plus que eso supone para que la imaginación de los críos se desate aún más.
Si hay un libro que verdaderamente ha marcado el género, ese es la novela La Isla del Tesoro, escrita por el escocés Robert Louis Stevenson a finales del siglo XIX, y que supone el culmen de estas historias de piratas y un ejemplo perfecto de cómo escribir un libro infantil-juvenil de aventuras. A través de una serie de entuertos, un mapa del tesoro llega a manos del joven Jim Hawkins, que decide emprender la aventura de buscar aquel tesoro perteneciente en principio al mítico pirata Long John Silver, y que le hará pasar por múltiples peligros, enfrentándose a piratas y bucaneros ambiciosos. De hecho, la novela se puede entender precisamente como una crítica a esa ambición desmesurada por el dinero y cómo convierte a cualquier hombre en un auténtico animal e incluso en un criminal.
El auge de este tipo de novelas tuvo lugar durante finales del siglo pasado, gracias sobre todo a la publicación de La Isla del Tesoro, que fue un éxito arrollado e instantáneo para Stevenson. Se llevaron a cabo muchísimas historias de este tipo y el género se mantuvo dentro de la aventura infantil y juvenil, presentando a personajes igualmente jóvenes que se lanzaban a la aventura en barcos piratas para llegar lejos y conocer tierras exóticas, encontrando tesoros. Básicamente, la mayoría de este tipo de cuentos siguen la misma historia que La Isla del Tesoro, o una tremendamente parecida, al menos. Sin embargo, estas aventuras hacen las delicias del público al que van dirigidas.
De entre los mejores y más destacados autores del género podemos nombrar a Emilio Salgari, creador del mítico Sandokan, uno de los piratas más célebres de la literatura que también ha tenido cabida en el cine. Incluso Julio Verne dedicó algunos relatos y novelas a este tipo de personajes, como Los Piratas de Halifax. Seguramente, también es imprescindible nombrar a J.M Barrie y su obra inmortal Peter Pan, ya que el mayor villano de la historia no deja de ser un pirata malvado, el Capitán Garfio. Más recientemente, en la película Los Goonies, la pandilla de muchachos perseguía un tesoro pirata escondido tras haber encontrado un mapa del tesoro, algo que les iba a hacer unirse aun más dentro de su pequeño grupo de adolescentes.
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