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Dentro de la biología existe una parte muy especial del estudio que se llama Criptozoología, y que analiza aquellos animales que no se han descubierto, pero de cuyos vestigios se cuentan historias y leyendas. La criptozoloogía es la que ha estudiado durante el último siglo los supuestos avistamientos del monstruo del Lago Ness en Escocia, peor también ha seguido la pista del Yeti en el Himalaya, o del Bigfoot en América del Norte. Actualmente existen cientos de supuestos animales criptozoológicos que hasta ahora no han sido encontrados, pero cuyas leyendas pueblan las historias de muchas civilizaciones. La criptozoología también se encarga de descubrir nuevas especies, algo todavía posible, sobre todo en el mundo de los insectos, que sigue siendo misterioso a día de hoy.
Claro que no es lo mismo demostrar que existe una nueva abeja en Sudráfrica o encontrar a un tipo de escarabajo novedoso en las costas de América del Sur, a descubrir que hay un animal gigantesco y legendario viviendo en las profundidades de un lago al norte de Gran Bretaña. El ser humano sigue fascinado por esas historias que hablan de animales imposibles, que seguramente nunca existieron… pero que han llegado hasta nosotros, formando parte incluso de nuestra cultura. Uno de los casos más destacados y peculiares es el del Kranken, aquel calamar gigantesco que según las historias y leyendas escandinavas, tenía el tamaño de una isla flotante, y era capaz de destrozar y hundir barcos con el propio poder de sus tentáculos. Conozcamos un poco más de la historia de este animal supuestamente mitológico…
Los primeros registros que hablan del kraken nos llegan desde las historias escandinavas, que ya hablaban de animales absolutamente monstruosos que surcaban las aguas del Atlántico Norte. En sus continuos viajes, los sucesores de los vikingos se encontraron con un montón de criaturas aterradoras, siendo el kraken una de las más horripilantes. El propio nombre se refiere a un animal retorcido y monstruoso. Según las crónicas del siglo XII y XIII, muchos barcos fueron hundidos por este animal, que tenía la forma de un pulpo o un calamar gigante, con un montón de tentáculos inmensos, y cuyo cuerpo podía llegar a medir decenas de metros, según los supuestos avistamientos de la época. Siempre se pensó que, como otros monstruos de la mitología nórdica, el kraken era una animal inventado, de leyenda. Pero toda leyenda tiene su parte de realidad…
Una criatura tan colosal y que desata tanta fascinación no podía quedarse fuera de las obras de ficción. De hecho, si seguimos pensando que la existencia del kraken es todo un mito, una exageración, como poco, de algunas marineros escandinavos de hace nueve siglos, toda la historia y todo lo que conocemos del Kraken vendría a ser literatura, al fin y al cabo. Durante siglos, su existencia se había mantenido simplemente a las leyendas nórdicas, con especial profusión en Noruega e Islandia, donde formaba parte de cuentos y relatos. Desde allí pasó al inglés gracias al soneto irregular The Kraken escritor por Lord Tennyson, inspirado por los trabajos que poco antes habían desarrollado algunos estudiosos, sobre la posible existencia del monstruo. El poema consiguió cierta transcendencia, y de hecho, supondría la primera aparición del animal dentro de la literatura meramente de ficción.
Aquel soneto sirvió a su vez de inspiración al genio Jules Verne para crear la escena en la que el Nautilus se enfrenta a un mastodóntico calamar en las profundidades del océano. La aparición del Kraken en la novela Veinte mil leguas de viaje submarino supuso su “salto a la fama”. Tras ello, Melies realizó una adaptación de la novela en una de sus primeras películas de cine, y también sirvió como base para que H.P. Lovecraft imaginara a algunos de sus dioses primigenios que algún día surgirían del mar, como Cthulhu, seguramente la deidad más conocida de su panteón. Con el tiempo, el Kraken ha seguid apareciendo, especialmente en literatura fantástica, donde se le considera, por supuesto, un animal mitológico.
Según las crónicas que nos llegan de la Edad Media, el Kraken tenía la forma de un enorme pulpo o un imponente calamar gigante que podía llegar a medir incluso cientos de metros. Cuesta creer que un animal de esas dimensiones no se haya visto en estos tiempos, aunque claro, siempre queda la teoría de que el kraken, como tantas otras especies, terminó por extinguirse seguramente a causa del hombre. Es complicado pensar que el ser humano pueda acabar con un animal tan gigantesco, pero tal vez fuera el cambio de temperatura en los océanos, o la falta de alimento. El caso es que el kraken como animal gigantesco con tentáculos y normalmente mal genio quedó ya como una parte indiscutible de la mitología nórdica.
Lo curioso de estos relatos es que parecen competir para ver quién se topó con el kraken más gigantesco de todos. Es por eso que las viejas crónicas nórdicas no son una fuente especialmente fiable en estos temas, pero al final, son las únicas en las que hay apariciones de este animal, las que sirven de base para todo lo que se ha escrito después de ellos. Claro que además del kraken había numerosos animales mitológicos en esas mismas crónicas, claramente fantasiosos, desde dragones a serpientes aladas. Con el kraken no tuvieron demasiado trabajo a la hora de “imaginar”, si es lo que hicieron, porque solo colocaron a un animal que ya conocían, el calamar, dotándolo de un tamaño absolutamente descomunal.
Si estamos buscando a un animal gigantesco con un tamaño de cientos de metros incluyendo los tentáculos, las posibilidades de que exista son seguramente nulas. Sin embargo, sí que es cierto que se han encontrado calamares gigantes, que superaban los 10 y 12 metros de largo, en las cosas de algunas zonas lejanas, tanto en el Atlántico Norte como en el Pacífico Sur. Estos ejemplares han sido vistos en las últimas décadas, y también cazados. De hecho, hay varios de ellos en algunos de los museos más famosos del mundo, como el Museo de Historia Natural de Londres. Eso sí, son animales bastante escurridizos, porque suelen vivir en las profundidades, y es poco lo que se sabe de ellos. ¿Serían estos calamares gigantes los auténticos krakens, crecidos por la imaginación y el temor de los navegantes nórdicos? Todo apunto a eso.
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